Nuestra meta en este programa de recuperación es el
progreso, no la perfección. Y muchas veces nos atormentará la sensación de que
hemos retrocedido. Exhibiremos conductas antiguas. Nos sentiremos incapaces de
cambiar, se seguir adelante, de volver a obtener logros. Pero esos períodos
pasarán y pronto el progreso volverá a ser evidente.
Debemos tener cuidado con nuestra necesidad de ser
perfectas, pues ésta hace que nuestro progreso normal no nos parezca lo
suficientemente bueno. Y, aún así, es de lo único que somos capaces y de lo
único que necesitamos ser capaces. El programa, sus Pasos y las promesas que
ofrecen, nos proporcionan las herramientas de las que carecíamos y que
necesitábamos para aceptar plenamente nuestra imperfección.
La atención diaria a nuestro aspecto interior nos
dará la salud espiritual y emocional que anhelábamos. La oración y la
meditación, combinadas con la realización de un inventario sincero, nos
mostrarán el progreso que necesitamos, y el que hemos logrado. Sin embargo, en
ocasiones fallaremos. Habrá días en que descuidemos nuestro programa. Pero ello
no se nos irá de las manos.
Cada día es un nuevo comienzo.
El día de hoy se abre ante mí, y puedo progresar.
Comenzaré diciendo una oración en silencio y dedicando un momento a la
meditación.
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