1. Nos aceptamos por completo, aún cuando deseamos cambiar partes de nosotras mismas. Hay un amor propio y una autoconsideración básicos, que alimentamos con cuidado y expandimos con decisión.
2. Aceptamos a los demás tal como son, sin tratar de cambiarlos para satisfacer nuestras propias necesidades.
3. Estamos en contacto con nuestros sentimientos y actitudes en todos los aspectos de nuestra vida, inclusive la sexualidad.
4. Atesoramos cada aspecto de nostras mismas: nuestra personalidad, nuestra apariencia, nuestras creencias y principios, nuestro cuerpo, nuestros intereses y logros. Nos auto aprobamos, en lugar de buscar una relación que nos otorgue una sensación de valor propio.
5. Nuestra autoestima es lo suficientemente grande para que podamos disfrutar de la compañía de los demás, especialmente de los hombres, que nos parecen bien tal como son. No necesitamos que nos necesiten para sentirnos dignas.
6. Nos permitimos ser abiertas y confiadas con la gente apropiada. No tememos que nos conozcan en un nivel personal profundo, pero tampoco nos exponemos a la explotación de quienes no se interesan por nuestro bienestar.
7. Nos preguntamos: „¿Esta relación es buena para mí? ¿Me permite llegar a ser todo lo que soy capaz de ser?
8. Cuando una relación es destructiva, somos capaces de renunciar a ella sin experimentar una depresión incapacitante. Tenemos un círculo de amigos que nos apoyan e intereses sanos que nos ayudan a superar las crisis.
9. Valoramos nuestra propia serenidad por sobre todas las cosas. Todas las luchas, el drama y el caos del pasado han perdido su atracción. Nos protegemos a nosotras mismas, nuestra salud y nuestro bienestar.
10.Sabemos que una relación, para que funcione, debe darse entre dos personas que compartan objetivos, intereses y valores similares, y que tengan capacidad para la intimidad. Sabemos también que somos dignas de lo mejor que nos pueda ofrecer la vida.
