Joanna
Field
Sentirnos fuera de
la acción sin dejar de mirar, desear atraer la atención y tener miedo de ser
notadas; sin duda, estos recuerdos son comunes a la mayoría de nosotras. Quizás
aún luchemos con nuestra autopercepción, pero podemos alegrarnos, pues hemos
dejado de ahogar nuestros estados de ánimo. Si bien aún nos resulta difícil
conectarnos con las personas que nos rodean, esto ha dejado de ser imposible si
confiamos en el programa.
Hay un método
infalible para ser parte de la acción. En realidad, sólo exige un pequeño
esfuerzo. Simplemente podemos mirar con amor a alguien cercano a nosotras y
abrir nuestros corazones con atención sincera. Cuando hacemos que alguien se
sienta especial, nosotras también nos volvemos especiales.
La recuperación es
capaz de ayudaros a transcender los límites de nuestro ego. La confianza en que
nuestras vidas están bajo el cuidado amoroso de Dios, como quiera que lo
entendamos, nos libera de la necesidad de comportarnos en forma egoísta.
Podemos liberarnos de nosotras mismas ahora que Dios está al mando y descubrir
que nos hemos incorporado a la acción.
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