Louise Bernikov
Otras
mujeres comparten nuestra lucha. Cuando tratamos a nuestras amigas como
hermanas y compañeras de peregrinaje, descubrimos la gran alegría que nos
proporciona nuestra ayuda mutua. Oramos a fin de obtener la sabiduría para
liberarnos de nuestra inseguridad y de nuestra rivalidad con otras mujeres,
La
rivalidad no es buena, pues nos lleva a olvidar nuestras cualidades únicas.
Cada una de nosotras es la mejor del mundo en una cosa: en ser ella misma.
Cuando compitamos, debemos mantener una perspectiva equilibrada y pensar
positivamente acerca de nosotras, ganemos o perdamos. Estamos haciendo la mejor
carrera que podemos; dejemos de considerar a las demás mujeres como rivales.
Son nuestras hermanas y ellas también lo están haciendo lo mejor que pueden.
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