Fiestas y
frenesí no son necesariamente sinónimos.
Anne Wilson Schaef
Vemos venir
el periodo de vacaciones e inmediatamente nos sentimos agotadas y sobrepasadas.
Tenemos que hacer nuestro trabajo habitual de cada día, y además ir de compras
a por regalos, decorar la casa, hacer los postres extraordinarios de las
fiestas, atender los compromisos sociales y parecer en buena forma. Para
algunas de nosotras, las «felices fiestas» se convierten en una época para
agotarnos. Como mujeres que hacemos demasiado, hemos llegado a estar
aterrorizadas del periodo de fiestas.
Éste es un buen
año para detenernos, hacer balance y ver qué es lo realmente importante para
nosotras en esas fechas. Tal vez amemos las tradiciones. ¿Cuáles pueden
continuarse y ser saludables? Quizá podamos intentar pedir ayuda y dejar de
intentar de hacerlo todo por nosotras mismas. En esta época tenemos la
oportunidad de dejarnos sentir el significado de la paz—paz por dentro y con el
mundo.
Vivir sanamente el
periodo de fiestas es parte de mi proceso de curación. Esta vez tengo la
oportunidad.
¡Hurra!
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