Toma
la vida en tus propias manos, y ¿qué sucede entonces? Una cosa terrible que no
tienes a nadie a quien poder echarle la culpa.
Erica Jong
Las
mujeres hemos sido reacias a tomar la responsabilidad de nuestras vidas porque
se nos ha enseñado que la responsabilidad significa que se nos pueda pedir
cuentas de lo que nos ha sucedido y, en consecuencia, poder ser reprochadas.
Por desgracia, al reaccionar contra esta idea de la responsabilidad hemos
perdido la oportunidad de recuperar nuestras vidas y de ser dueñas de ellas y,
de esta manera, nos hemos quedado sin raíces, sin lazos y sin comprensión.
Necesitamos ser dueñas de nuestras vidas. Tenemos que recuperar nuestras
experiencias, todas ellas, e integrarlas en nuestra existencia y en nuestras
decisiones. Tenemos que reivindicar lo que somos y ser quienes somos. Esto no
significa que tengamos que culpabilizarnos de nuestras experiencias. Significa
que tenemos ante nosotras la opción de vivir nuestras vidas y no dejar este
placer a otra persona nosotras.
Cuando tomo la responsabilidad de mi vía, tengo la capacidad de responder de toda ella.
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