Sentirse atrapada
Las mujeres constituyen la clase esclava que
mantiene a la especie al liberar a una mitad para que puedan ocuparse de los
asuntos del mundo.
Shulamith Firestone
Queríamos volvernos mujeres profesionales, en parte,
porque queríamos liberarnos a nosotras mismas de ser «la clase esclava que
mantiene a la especie». Pero es difícil escapar totalmente a esta trampa.
Descubrimos que cualquier trabajo puede convertirse en una trampa, tanto si
somos amas de casa a tiempo completo, voluntarias, personal de apoyo o
ejecutivas de alto nivel. Nuestra sociedad está establecida de tal manera que
se necesita a muchas personas para sostener el trabajo de unas pocas. Pero
incluso si formamos parte de esas pocas personas, no siempre somos libres.
Tenemos que reconocer que todas nosotras, con
independencia de lo que hagamos, somos parte de los asuntos del mundo, y que
éste nos necesita.
Aceptar lo que soy y lo que tengo que ofrecer me fortalece a mí y a la sociedad.
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