La
duda que se consciente, pronto se transforma en una duda real.
Frances Ridley Havergal
Somos
impotentes ante nuestra adicción, trátese del licor, de las píldoras, de las
personas o de la comida. Somos impotentes ante el resultado de todos los
sucesos que tienen que ver con nosotras. Y somos impotentes ante la vida de
nuestros amigos y de nuestros familiares. Sin embargo, no somos impotentes ante
nuestras propias actitudes, ante nuestra conducta, ante nuestra autoimagen,
ante nuestra determinación, ante nuestro compromiso con la vida y con este
sencillo programa.
Tenemos un gran poder, pero para comprender su amplitud debemos ejercitarlo. Hallaremos que las actividades diarias, las relaciones y los planes, son decididamente más emocionantes cuando controlamos nuestras reacciones. No tenemos por qué sentirnos o reaccionar de otra forma más que en aquella que nos complace. Tenemos el control total y descubriremos lo estimulante que es su aplicación.
Nuestra
recuperación se fortalece cada vez que determinamos cuál es la conducta
apropiada, cada vez que elegimos la acción con la que nos sentimos mejor, y
cada vez que asumimos la responsabilidad cuando está claro que nos corresponde
hacerlo. Los beneficios nos sorprenden y nos darán alegría.
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