Cuando interpretamos un
solo – al igual que en otras actividades – es mucho más fácil empezar que
terminarlo.
Amelia Earhart
En un momento u otro la
abulia nos atormenta a todas. Sin embargo, cualquier actividad que merezca
nuestro esfuerzo ha de ser realizada parte por parte, un día a la vez. Si nos
concentramos sólo en el logro del objetivo es muy fácil que nos sintamos
abrumadas. En lugar de ello, debemos concentrarnos en los elementos
individuales, y luego en uno de ellos a la vez. Un libro se escribe palabra por
palabra. Una casa se construye ladrillo a ladrillo. Un título universitario se
obtiene curso por curso.
Al ingresar en este
programa, la mayoría de nosotras había acumulado un pasado con altibajos, gran
parte del cual deseábamos negar u olvidar. Y el peso de nuestro pasado puede
poner trabas a la gran cantidad de oportunidades que el presente nos ofrece.
Nuestro pasado no tiene
por qué determinar lo que nos propongamos hacer en el día de hoy. Sin embargo,
debemos ser realistas. No podemos cambiar un patrón de conducta de la noche a
la mañana, pero podemos iniciar el proceso. Podemos decidirnos a lograr un
objetivo razonable y manejable en este período de veinticuatro horas. Una
cantidad suficiente de días comprometidos al logro de objetivos menores, nos
permitirá alcanzar cualquier meta, ya sea pequeña o grande.
Puedo concluir cualquier tarea que me
proponga si la realizo un día a la vez. El día de hoy se abre ante mí. Avanzaré
poco a poco.
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