Honestidad en las relaciones
Podemos ser
honestos y directos acerca de nuestros límites en las relaciones y acerca de
los parámetros de una relación en particular.
Quizá ninguna otra
área de nuestra vida refleje nuestra calidad de únicos y nuestra individualidad
en la recuperación más que nuestras relaciones. Algunos de nosotros tenemos una
relación de compromiso. Algunos de nosotros salimos con alguien. Algunos de nosotros
no salimos con nadie. Algunos de nosotros estamos viviendo con alguien. Algunos
de nosotros quisiéramos salir con alguien. Algunos de nosotros quisiéramos
tener una relación de compromiso. Algunos de nosotros nos embarcamos en
relaciones nuevas después de la recuperación. Algunos de nosotros permanecemos
dentro de la relación que teníamos antes de comenzar la recuperación.
También tenemos
otras relaciones. Tenemos amigos. Relaciones con los hijos, con los padres, con
el resto de la familia. Tenemos relaciones profesionales, relaciones con gente
en el trabajo.
Necesitamos ser
capaces de ser honestos y directos en nuestras relaciones. En un área en la que
podemos ser honestos y directos es en los parámetros de nuestras relaciones.
Podemos definir nuestras relaciones con la gente, una idea que escribieron
Charlotte Kasl y otros, y podemos pedirle que sea honesta y directa al definir
su punto de vista acerca de su relación con nosotros.
Causa confusión
estar dentro de una relación y no saber dónde estamos parados, ya sea en el
trabajo, en una amistad, con miembros de la familia, o en una relación amorosa.
Tenemos derecho a ser directos acerca de cómo definimos la relación, qué es lo
que queremos que sea. Pero las relaciones igualan a dos personas que tienen
iguales derechos. La otra persona necesita ser capaz de definir la relación
también. Tenemos derecho a saber y a preguntar. Lo mismo ellos.
La honestidad es la
mejor política.
Podemos fijar
límites. Si alguien quiere una relación más intensa que nosotros, podemos ser
claros y honestos acerca de lo que queremos nosotros, acerca del nivel de
participación que nos proponemos tener. Podemos decirle a la persona lo que
puede esperar razonablemente por parte nuestra, porque eso es lo que queremos
dar.
La forma como la
persona lo maneje es asunto suyo. Si se lo decimos o no es asunto nuestro.
Podemos establecer
límites y definir las amistades cuando éstas provoquen confusión.
Podemos incluso
definir las relaciones con los niños, si esas relaciones se han vuelto pegajosas
y exceden a nuestros parámetros. Necesitamos definir las relaciones amorosas y
lo que éstas significan para cada persona. Tenemos derecho a hacer preguntas y
a recibir respuestas claras. Tenemos derecho a hacer nuestras propias definiciones
y a tener nuestras propias expectativas. Y lo mismo la otra persona.
Ser honestos y
directos es la única política. A veces, no sabemos qué queremos en una
relación. A veces, la otra persona no lo sabe.
Pero cuanto más
pronto podamos definir una relación, con la ayuda de la otra persona, más
pronto podremos decidir el curso adecuado de conducta para nosotros mismos.
Cuanto más claros
nos volvamos al definir nuestras relaciones, más podremos cuidar de nosotros
mismos en esa relación.
Tenemos derecho a
nuestros límites, deseos y necesidades. Lo mismo la otra persona. No podemos
obligar a nadie a estar dentro de una relación ni a participar al nivel que
nosotros deseamos si él o ella no quieren. Todos tenemos derecho a que no se
nos obligue.
La información es
una herramienta poderosa, y tener la información acerca de lo que es una
relación particular -los límites y definiciones de la misma- nos dará la fuerza
para cuidar de nosotros respecto de ella.
Las relaciones
llevan un tiempo para formarse, pero en algún punto podemos razonablemente
esperar una definición clara de lo que es la relación y cuáles son sus límites.
Si chocan las definiciones, somos libres de tomar una nueva decisión basándonos
en la información adecuada acerca de lo que necesitamos hacer para cuidar de
nosotros mismos.
Hoy me esforzaré por ser claro y directo en mis relaciones. Si ahora tengo algunas relaciones lóbregas y poco definidas, y si les he dado el tiempo adecuado para formarse, empezaré a tomar acción para definir esa relación. Dios mío, ayúdame a dejar ir mis miedos acerca de definir y comprender la naturaleza de mis relaciones actuales. Guíame a la claridad, a pensar clara, sanamente. Ayúdame a saber que lo que quiero está bien. Ayúdame a saber que si no puedo conseguir eso de la otra persona, lo que quiero sigue estando bien, pero no es posible en el momento presente. Ayúdame a aprender a no renunciar a lo que quiero y necesito, sino dame la fuerza para hacer elecciones apropiadas, sanas, acerca de dónde conseguirlo.
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