La vergüenza es ese
sentimiento oscuro, poderoso, que nos detiene.
Si,la vergüenza
puede impedir que actuemos apropiadamente. Pero muchos de nosotros hemos
aprendido a unir la vergüenza con las conductas sanas que son las que más nos
convienen.
En las familias
disfuncionales se puede asociar la vergüenza a conductas sanas, tales como
hablar acerca de los sentimientos, tomar alternativas, cuidar de nosotros
mismos, divertirse, tener éxito, o incluso sentirnos bien con nosotros mismos.
Se puede haber
asociado la vergüenza al hecho de pedir lo que queremos y necesitamos, a
comunicarnos directa y honestamente, y a dar y recibir amor.
A veces, la
vergüenza se disfraza de miedo, indignación, indiferencia, o de una necesidad
de correr a escondernos, escribió Stephanie. E.
Pero si la sentimos
oscura y nos hace sentirnos mal acerca de quiénes somos, probablemente sea
vergüenza.
En la recuperación
estamos, aprendiendo a identificar la vergüenza.
Cuando podamos
reconocerla, podremos empezar a dejarla ir. Podemos amarnos y aceptarnos a
nosotros mismos, empezando ahora.
Y tenemos derecho a
ser, a estar aquí, a ser lo que somos. Y nunca tenemos por qué dejar a la
vergüenza que nos diga otra cosa.
Hoy atacaré y conquistaré la vergüenza
en mi vida.
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