El amor es una fuerza. No
es un resultado, sino una causa. No es un producto, sino un productor. Es un poder,
como el dinero, como la electricidad o como el vapor. Y carece de valor a menos
que puedas dar algo por mediación de él.
Anne Morrow Lindbergh
Amar y ser amadas; ¡Con
cuánta frecuencia nos eluden ambos sentimientos! Sin embargo, hemos dado el
primer paso. Demos gracias por nuestra recuperación, pues es un acto de amor.
Hemos decidido amarnos a nosotras mismas, y el programa nos permite amar a los
demás. Tanto amar como ser amadas son bálsamos para la enfermedad del alma que
estamos sufriendo. Estamos siendo sanadas. Estamos curándonos unas a otras.
Amar a los demás significa ir durante un momento más allá de nuestras propias preocupaciones mezquinas y poner en primer término las de los demás. Como resultado, ellos perciben nuestro amor y sienten cariño sanador. Y nuestra naturaleza espiritual también se apacigua.
Al entrar en contacto con
las almas de los demás, hallamos a Dios y nos encontramos a nosotras mismas. El
don más especial que poseemos es el de amar y ser amadas. Cada momento que
pasemos con otra persona es el instante adecuado para obsequiarle nuestros
dones.
Si así decido, todos los días serán
fiestas llenas de regalos.
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