Puedes quedarte sola, al estar tan ocupada.
Isabel Lennart
Las personas adictas al trabajo somos personas solitarias.
Nuestro trabajo es como un amante celoso. Cada vez pide más y más de nosotras. Nos vemos cada vez más aisladas de las personas que nos importan. Tomamos citas para almorzar con dos semanas de antelación para mantenernos en contacto con los/as amigos/as y después tenemos que cancelarlas o posponerlas porque «ha surgido algún imprevisto». Nos ponemos ansiosas si se nos interrumpe; nos irritamos si alguien nos hace detenernos porque queremos volver a nuestro trabajo.
Frecuentemente no sabemos que estamos solas porque no nos paramos lo suficiente para saber qué es lo que sentimos.
Es bueno ser productivas, y el estar ocupadas no es un sustituto de la intimidad.
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