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Robin Norwood escribió "Las mujeres que aman demasiado" y muchas de nosotras le debemos la vida.

13.5.13

13 de mayo. El lenguaje del adiós


Quién es el propietario

Una herramienta útil en nuestra recuperación, especialmente en la conducta que llamamos desapego, es aprender a identificar quién es propietario de qué. Luego dejamos que cada persona posea la propiedad que legítimamente le corresponde. Si otra persona tiene una adicción, un problema, un sentimiento, o una conducta contraproducente, ésa es su propiedad, no la nuestra.

Si alguien es un mártir, está inmerso en la negatividad, es controlador o manipulador, ése es asunto suyo, no nuestro.
Si alguien ha actuado de cierta manera y ha experimentado una consecuencia particular, tanto la conducta como la consecuencia le pertenecen a esa persona.

Si alguien está en negación o no puede pensar claramente acerca de un asunto en particular, esa confusión le pertenece a él o a ella.
Si alguien tiene una capacidad limitada para amar y ser solícito, o está impedido para ello, ésa es su propiedad, no la nuestra. Si alguien no tiene aprobación o cariño para dar, eso es propiedad de esa persona.
Las mentiras de la gente, sus engaños, trucos, manipulaciones, conductas abusivas, conductas inadecuadas y conductas tramposas, le pertenecen a ella también. No a nosotros.

Las esperanzas y sueños de la gente son propiedad suya. Sus sentimientos de culpa le pertenecen también. Su felicidad o su desdicha es también suya. Y lo mismo sus creencias y mensajes.
Si algunas personas no se gustan a sí mismas, ésa es su elección.
Las elecciones de los demás son de su propiedad, no de la nuestra.
Lo que la gente opta por decir y hacer es asunto suyo.

¿Qué es propiedad nuestra? Nuestra propiedad incluye nuestras conductas, problemas, sentimientos, felicidad, desdicha, alternativas y mensajes; nuestra capacidad para amar, para ser solícitos y cariñosos; nuestros pensamientos, nuestra negación, nuestras esperanzas y nuestros sueños. Si permitimos que nos controlen, nos manipulen, nos engañen, o nos maltraten, eso es asunto nuestro.

En recuperación aprendemos a tener un sentido adecuado de la propiedad. Si algo no es nuestro, no lo tomamos. Si lo tomamos, aprendemos a devolverlo. Dejemos que los demás tengan sus propiedades y aprendamos a poseer y a cuidar bien de las nuestras.

Hoy trabajaré por desarrollar un sentido claro de lo que me pertenece y de lo que no. Si es mío me quedaré con él. Yo lidiaré conmigo mismo, con mis asuntos y mis responsabilidades. Quitaré las manos de lo que no es mío.

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