El
sexo es una de las armas que aquellas que amamos demasiado utilizamos
para manipular, o modificar a nuestras parejas. Nos conducimos de
manera seductora para obtener lo que queremos, y nos sentimos
estupendamente bien cuando funciona, y terriblemente mal cuando no
funciona.
Con
frecuencia se nos antoja muy excitante enzarzarnos en las luchas por el
poder inherentes a nuestros intentos por manipular a los hombres de
nuestra vida. Confundimos ansiedad, miedo y dolor con excitación sexual. Llamamos "amor" a la sensación de tener un nudo en el estómago.
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