"¿Cómo puedo haberlo hecho? ¿Cómo puedo
haberlo dicho?
Aunque eso era lo que quería, aun así me siento
avergonzado, culpable y asustado."
Esta es una reacción común ante conductas de
recuperación nuevas, emocionantes. Cualquier cosa que hagamos para adueñarnos
de nuestro poder y cuidar de nosotros mismos puede disparar sentimientos de
vergüenza, de culpa y de miedo.
Son un contragolpe, una resaca. Déjalos desintegrarse.
Cuando empezamos a confrontar y a atacar
sentimientos y mensajes, experimentaremos algo de resaca. La resaca es lo que
habíamos permitido que controlara toda nuestra vida, sentimientos de vergüenza
y de culpa.
Muchos de nosotros crecimos con mensajes, con base
en la vergüenza, que nos decían que no estaba bien cuidar de nosotros mismos,
ser honestos, ser directos y adueñarnos de nuestro poder con la gente.
Muchos de nosotros crecimos con mensajes que decían
que no estaba bien ser quienes éramos y resolver nuestros problemas en las
relaciones con los demás. Muchos de nosotros crecimos con el mensaje de que lo
que queríamos y necesitábamos no estaba bien.
Deja que todo eso se queme hasta desintegrarse. No
tenemos por qué tomarnos tan en serio la resaca. No permitamos ya que la resaca
nos convenza de que estamos equivocados y de que no tenemos derecho a cuidar de
nosotros mismos ni a fijar límites.
¿Realmente tenemos derecho a cuidar de nosotros
mismos? ¿Tenemos realmente derecho a fijar límites? ¿Realmente tenemos derecho
a ser directos y a decir lo que necesitamos decir?
Por supuesto que lo tenemos.
Hoy dejaré que se desintegre la resaca que siento después de practicar una nueva conducta de recuperación. No la tomaré tan en serio. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi vergüenza y mis miedos innecesarios acerca de lo que me ocurrirá si realmente empiezo a amarme y a cuidar de mí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida a tu casa, comenta lo que quieras