Está bien tener un buen día. Realmente está bien.
Está bien que te esté yendo bien y que sientas que
tu vida es gobernable y que vas por buen camino.
Muchos de nosotros hemos aprendido, como parte de
nuestra conducta de supervivencia, que la manera de obtener la atención y la
aprobación que queremos es siendo víctimas. Si la vida es espantosa, difícil,
ingobernable, demasiado dura, injusta, entonces, pensamos, los otros nos
aceptarán, les agradaremos, nos aprobarán.
Podemos haber aprendido esto por haber vivido y
habernos relacionado con gente que también aprendió a sobrevivir siendo
víctima.
Nosotros no somos víctimas. No necesitamos ser
victimados. No necesitamos estar desvalidos y fuera de control para obtener la
atención y el amor que anhelamos. De hecho, el tipo de amor que buscamos no se
puede obtener de otra manera.
Podemos conseguir el amor que realmente queremos y
necesitamos sólo cuando nos adueñamos de nuestro poder. Aprendemos que podemos
pararnos sobre nuestros pies, aunque a veces nos sintamos bien al apoyarnos un
poquito. Aprendemos que la gente en quien nos estamos apoyando no nos está
deteniendo. Está parada junto a nosotros.
Todos tenemos días malos, días en que las cosas no
van como nos gustaría, días en que sentimos tristeza y miedo. Pero podemos
lidiar con nuestros días malos y con nuestros sentimientos más oscuros de
manera que reflejan responsabilidad por uno mismo más que victimización.
También está bien tener días buenos. Quizá no
tengamos tanto de qué hablar, pero tendremos más qué disfrutar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida a tu casa, comenta lo que quieras