Los
niños son uno de los mayores regalos de Dios, y también uno de tus mayores
retos. Compartir tu vida con un niño significa tener humildad para poder
aprender de él y descubrir con él bellos secretos de la vida.
Kathleen Tierney Crilly
Toda
experiencia en la que escuchamos a los demás, aprendemos de ellos y somos
transformados por sus palabras y por su
presencia, requiere una actitud humilde por nuestra parte. Cada oportunidad que
aprovechamos para estar totalmente presentes ante otra persona, para
encontrarnos plenamente con ella en mente y espíritu, nos favorecerá, al tiempo
que la favorece a ella. Ofrecer y recibir el don de la genuina atención es un
elemento básico para le crecimiento emocional de todo ser humano.
Antes
de recuperarnos, muchas de nosotras padecíamos una lástima obsesiva por
nosotras mismas, la cual casi nunca nos dejaba ver el dolor o las necesidades
de quienes nos rodeaban. Nos cerrábamos sumiéndonos en nuestras preocupaciones
egoístas, y nuestro crecimiento se atrofió.
Todavía
hay momentos en los que esa actitud intenta adueñarse de nosotras. Pero un
nuevo día ha comenzado en los que esa actitud intenta adueñarse de nosotras.
Los Pasos nos ofrecen una nueva comprensión y nos ayudan a mirar más allá de
nosotras y a atender a los hijos de Dios que formas parte de nuestra vida
cotidiana. Tenemos muchos secretos que aprender de cada uno de ellos.
Hoy estaré alegre. Aprenderé muchos secretos de la vida si me acerco a las personas que se crucen en mi camino. Pensaré que han llegado a mí porque tienen algo que darme. Estaré lista para recibirlo.
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