Energía positiva
Es fácil observar a nuestro alrededor y darnos
cuenta de lo que está mal.
Observar qué está bien lleva su práctica.
Muchos de nosotros hemos vivido rodeados de
negatividad durante años. Nos hemos vuelto expertos en señalar qué está mal en
los demás, en nuestra vida, en nuestro trabajo, en nuestro día, en nuestras
relaciones, con nosotros mismos, con nuestra conducta, con nuestra
recuperación.
Queremos ser realistas, y nuestra meta es
identificar la realidad y aceptarla. Sin embargo, a menudo no podemos evitar
practicar la negatividad. El propósito de la negatividad suele ser la
aniquilación.
El pensamiento negativo acrecienta el problema. Nos
aleja de la armonía. La energía negativa sabotea y destruye. Tiene una poderosa
vida propia.
Y también la tiene la energía positiva. Cada día,
podemos preguntarnos qué está bien, qué es bueno, acerca de otras personas, de
nuestra vida, de nuestro trabajo, de nuestro día, de nuestras relaciones, de
nosotros mismos, de nuestra conducta, de nuestra recuperación.
La energía positiva cura, es conducto del amor y
transforma. Escoge la energía positiva.
Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir la negatividad. Transforma mis
creencias y mi pensamiento, desde su núcleo, de negativo a positivo. Ponme en
armonía con el bien.
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