Las
tolerancia es el mejor don de la mente.
Helen Séller
Para
afrontar las situaciones que nos gustaría cambiar y aceptar a las personas que
desearíamos que fuesen diferentes, necesitamos crecer, ser pacientes y
tolerantes. Con facilidad nos convencemos de que seríamos más felices “si él
cambiara”, “si tuviera un mejor empleo” o “si los hijos sentarán la cabeza”.
Sin embargo, la semilla de la felicidad está siempre en nuestro interior. Si
aprendemos a ser tolerantes ante cualquier situación, alimentaremos esa
semilla.
La
intolerancia, la impaciencia, la depresión y, de hecho, toda actitud negativa,
terminan por volverse costumbre. Muchas de las que participamos en este
programa de recuperación aún luchamos contra los hábitos que hemos adquirido.
Debemos sustituir nuestros hábitos negativos por hábitos nuevos y positivos.
Podemos
asumir una nueva conducta que nos complazca, como sonreír a quienes estén en la
cola del supermercado. Si la repetimos, se volverá un buen hábito.
La
tolerancia ante los demás nos abre muchas puertas, tantos a ellos como a
nosotras. Alimenta su alma, lo mismo que la nuestra, y produce felicidad. Somos
afortunadas por compartir estos Pasos, pues aprendemos acerca del amor, acerca
de cómo darlo y cómo recibirlo.
Muchos de los ojos que
veré hoy no conocen el amor. Voy a darles algo de amor con incondicional
tolerancia. Es un don, tanto para mí como para ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida a tu casa, comenta lo que quieras