Para mantener intacto tu personaje, no puede rebajarse a cometer
actos sucios, pues esto haría más fácil que te degrades la próxima vez.
Catherine Hepburn
Comportarnos de la manera
en que Dios desea que lo hagamos parece muy fácil. Nosotras no lastimamos
intencionalmente a los demás. ¿O sí? ¿Cuándo fue la última vez que nos consumió
la envidia por la buena fortuna o la buena imagen de otra persona? ¿Ha habido
alguna ocasión reciente en la que nos hayamos malhumorados por falta de
atención…o en la que quizás hayamos buscado un pretexto para iniciar una pelea?
A partir de este momento podemos simplificar nuestra vida. Para aligerar
nuestra carga y liberarnos de nuestras angustias no tenemos más que un camino a
seguir, sólo una decisión que tomar. Podemos elegir actuar de buena fe. Guardemos silencio un momento y permitamos
que nuestra guía interior dirija nuestra conducta, nuestras palabras y nuestros
pensamientos.
Cuando permitimos que nuestra naturaleza espiritual sea la que
gobierne, sabemos cómo actuar en cada caso concreto. Si dejamos que Dios decida
nuestras acciones, nuestras vidas serán más fáciles. Basta de confusión
obsesiva. Basta de remordimientos. Basta de inmovilidad por miedo a cometer
errores.
Si permito que Dios dirija mi conducta, mi libertad está
garantizada y las cargas de la vida serán más ligeras.
Hoy
avanzaré cumpliendo la voluntad de Dios y mi espíritu se mantendrá en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida a tu casa, comenta lo que quieras