Hay tantas formas de vivir de crecer
como personas. Pero nuestra propia manera es la única que debe importarnos.
Evelyn
Mandel
Nuestro deseo de controlar a los demás y de
hacerlos vivir a nuestro modo hace que el logro de la serenidad sea una tarea
imposible. Y la serenidad es la meta que pretendemos lograr, en este programa
de recuperación y en esta vida.
Ninguna de nosotras tiene poder sobre
los demás, y ello nos libera de una pesada carga. Controlar nuestra conducta es
ya un gran trabajo. Para aprender a comportarnos responsablemente es necesario
practicar. La mayoría de quienes participamos en este programa de recuperación
nos hemos comportado irresponsablemente gran parte de nuestra vida. La
inmadurez emocional se elimina lentamente, pero toda acción responsable que
realicemos nos da valor para emprender otra, y luego otra más. La acumulación
de acciones responsables nos genera satisfacción. Los actos de los demás no
tienen por qué importarnos.
Hoy
evaluaré cuidadosamente mi conducta.
Un
comportamiento responsable aumenta la alegría de mi corazón.
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