Nacemos inocentes. La corrupción viene después. El primer miedo es una
corrupción, la primera vez que hagamos algo que nos desafía. El primer indicio
de diferencia, la primera necesidad de ser mejor que aquél que es distinto, de
ser más amado, más fuertes, más rico, más favorecido, todo eso son
corrupciones.
Laura Z.
Hobson
Estamos corrompidas. Ser humanas es ser corruptas. Nuestras
corrupciones interfieren con nuestra felicidad cada vez que la buscamos. Cuando
pensamos que seríamos felices si tan sólo fuésemos más bonitas, más
inteligentes, o si tuviésemos un mejor empleo, cedemos ante las corrupciones. Y
éstas ahogan nuestro crecimiento. Cada una de nosotras es la persona que
necesita ser. Desempeñamos una función de apoyo en las vidas de los demás.
Podemos enseñar a los otros y aprender de ellos.
La recuperación consiste en ayudarnos a nosotras mismas y a las demás a
ser como somos; dejar de hacer comparaciones; comprender nuestra igualdad como
mujeres; celebrar nuestras diferencias, sabiendo que éstas dan intensidad a los colores de la vida.
Hoy puedo
celebrar nuestros dones especiales y características.
Mi corazón
se iluminará.
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