Miedo
No seas demasiado tímido y escrupuloso acerca de
tus actos. La vida entera es un experimento. Cuantos más experimentos hagas,
mejor. ¿Qué importa si éstos son un tanto burdos y te empapas o te rasgas la
ropa, o si fracasas y te revuelcas en la tierra una o dos veces? Te levantas de
nuevo; nunca debes tenerle tanto miedo a una caída.
Ralph Waldo Emerson.
El miedo puede ser un gran obstáculo para muchos de
nosotros: miedo a la fragilidad, miedo al fracaso, miedo a cometer un error,
miedo al qué dirán, miedo al éxito. Quizá dudemos tanto de nuestra siguiente
acción o palabra que acabemos convenciéndonos de no participar en la vida.
“¡Pero ya fracasé antes!” “¡No puedo hacerlo bien!”
“¡Mira lo que me pasó la última vez!” “¿Qué pasaría si...?” Estas afirmaciones
pueden ser un disfraz del miedo. A veces, el miedo es el disfraz de la
vergüenza.
Después de que terminé los primeros dos capítulos
de un libro que estaba escribiendo, los leí e hice una mueca. “No están bien”,
pensé. “No puedo hacerlo”. Estaba lista para tirar los capítulos por la ventana
y tirar también mi carrera como autora.
Una amiga escritora me llamó y le conté mi problema.
Ella me escuchó y me dijo: “Esos capítulos están bien. Deja ese miedo. Deja de criticarte a ti
misma y sigue escribiendo”.
Seguí su consejo. El libro que estuve a punto de
tirar a la basura se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.
Relájate. Nuestro mejor esfuerzo es suficientemente
bueno. Puede ser mejor de lo que pensamos. Incluso nuestros fracasos pueden
convertirse en importantes experiencias de aprendizaje que nos lleven
directamente al éxito, y que sean necesarias para él.
Siente el miedo y luego déjalo ir. Decídete y
hazlo, sea lo que sea. Si nuestros instintos y nuestro sendero nos han traído
hasta aquí, aquí es donde debemos estar.
Hoy participare en la vida al máximo de mi capacidad, sin importarme el
resultado. Eso me hace ser un ganador.
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