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Robin Norwood escribió "Las mujeres que aman demasiado" y muchas de nosotras le debemos la vida.

2.2.12

¿Soy adicta? ¿Yo adicta? No creo...

¿SOY UNA ADICTA?

Sólo tú puedes contestar esta pregunta.

Es posible que no te resulte fácil. Mientras practicábamos el sexo o nos involucrábamos sentimentalmente, siempre dijimos que podríamos controlarnos. Aunque al principio fuera cierto, ahora ya no lo es. El sexo y las relaciones románticas  terminaron controlándonos a nosotros. Vivíamos para practicarlas y las practicábamos para vivir. Una adicta al sexo y al amor es simplemente una persona cuya vida está controlada por la adicción sexual y romántica.

Quizá admitas que tienes problemas con el sexo y las relaciones sentimentales, pero no te consideras adicta. Todas tenemos ideas preconcebidas acerca de lo que es una persona adicta. Una vez que hayas empezado a tomar medidas positivas, no hay nada vergonzoso en el hecho de serlo. Si te puedes identificar con nuestro problema, tal vez puedas identificarte con nuestras soluciones. Las siguientes preguntas fueron redactas por adictos y adictas al sexo y al amor. Si tienes alguna duda acerca de si eres o no adicta, tómate unos minutos para leer estas preguntas y contestarlas lo más honestamente que puedas.

PREGUNTAS

1.- ¿Ha tratado alguna vez de poner un límite a sus actividades sexuales o a la frecuencia con la que ve a alguien?

2.- ¿Le resulta imposible dejar de ver a una persona concreta aunque sepa que esto sólo le perjudica?

3.- ¿Le da miedo que alguien descubra sus actividades sexuales o románticas? ¿Necesita ocultárselas a los demás: amigos, familiares, compañeros de trabajo, psicólogos, etc.?

4.- ¿Llega lo sexual y romántico a producir en usted un estado de trance? ¿Llega lo sexual y romántico al extremo de hundirla?

5.- ¿Ha tenido relaciones sexuales en momentos, lugares o con personas poco adecuadas?

6.- ¿Hace promesas o se impone normas de conducta que luego ve que no puede cumplir?

7.- ¿Ha mantenido o mantiene relaciones sexuales con alguien con quien no le apetece?

8.- ¿Cree que el sexo o una relación amorosa puede hacer su vida más placentera?

9.-¿Se ha sentido alguna vez "obligado" a mantener relaciones sexuales?

10.-¿Cree que alguien puede transformar su vida y/o solucionarle sus problemas personales?

11.- ¿Tiene una lista, escrita o de cualquier otra forma, con el número de parejas que ha tenido?

12.-¿Cuando está separado de su pareja sexual, le invaden sentimientos de inquietud o desesperación?

13.- ¿Ha perdido cuenta del número de personas con el que ha mantenido relaciones sexuales?

14.- ¿Siente una necesidad desesperada de amante, "dosis" de sexo o futura pareja?

15.- ¿Ha tenido o tiene relaciones sexuales sin pararse a pensar en las consecuencias (el peligro de que le descubran, el riesgo de contraer herpes, gonorrea, SIDA, etc.)?

16.- ¿Reincide una y otra vez en relaciones sexuales que no le convienen?

17.- ¿Cree que su valía dentro de una relación radica en su aportación sexual o en el apoyo emocional que usted proporciona?

18.-¿No se siente vivo "de verdad" a menos que se encuentre en compañía de su pareja sexual o amor romántico?

19.- ¿Cree que tiene un derecho especial a disfrutar del sexo?

20.- ¿Se encuentra en una relación de la que no puede salir?

21.- ¿Ha puesto alguna vez en peligro su estabilidad financiera o su posición social por perseguir a alguien?

22.- ¿Cree que los problemas que experimenta en su vida amorosa se deben a que no disfruta del tipo de relación sexual "adecuada", a que carece de ella o a que continúa estancada con la misma persona?

23.- ¿Ha destruido o puesto en peligro por sus aventuras alguna relación seria en alguna ocasión?

24.- ¿Cree que su vida carecería de sentido sin enredos amorosos o aventuras sexuales?

25.- ¿Se ha sorprendido alguna vez coqueteando o convirtiendo a alguien en un mero objeto sexual, incluso sin que esta fuera su intención?

26.- ¿Afecta su conducta sexual o romántica a su reputación?.

27.- ¿Trata de solucionar o de huir de los problemas de la vida a través del sexo o de las relaciones amorosas?

28.- ¿Le preocupa la masturbación por su frecuencia, las fantasías de que la acompaña, los objetos que usa o los lugares en que la practica?

29.- ¿Practica el exhibicionismo o el "fisgoneo" en formas que le producen ansiedad o dolor?

30.- ¿Para alcanzar un nivel aceptable de alivio físico y emocional, ¿necesita cada vez más una mayor variación en sus actividades sexuales y románticas e invertir una dosis cada vez mayor de energía y esfuerzo?

31.- ¿Necesita "estar enamorado" o el sexo para sentirse una mujer de verdad?

32.- ¿No considera que su conducta en el terreno sexual y amoroso no es acaso tan absurda como machacarse la cabeza contra un muro? ¿No termina agotada?

33.- ¿Le resulta imposible concentrarse en otros aspectos de la vida a causa de los sentimientos o pensamientos que tiene por otra persona o por el sexo?

34.- ¿Le obsesiona alguna persona o algún acto sexual concreto aunque estos pensamientos le ocasionen dolor, ansiedad o malestar?

35.- ¿Ha sentido alguna vez deseos de interrumpir o al menos limitar sus actividades sexuales o románticas durante un cierto periodo de tiempo? ¿Ha deseado en alguna ocasión ser menos dependiente emocionalmente?

36.- ¿Cree que, haga lo que haga, su vida es cada vez más insoportable? ¿Cree en lo más profundo de su ser que nadie le va a aceptar tal como es?

37.- ¿Cree que no posee dignidad y que está lleno de carencias personales?

38.- ¿Cree que su vida sexual y romántica perjudica a su vida espiritual?

39.- ¿Cree que su vida es un caos a causa de su conducta sexual y romántica o de sus excesivas dependencias emocionales?

40.- ¿Se le ha ocurrido pensar alguna vez en la de cosas positivas que podría hacer en la vida si no se dejara arrastrar por los impulsos sexuales y románticos?


Todas hemos contestado "sí" a distinta cantidad de preguntas. El número en sí no tiene tanta importancia como el hecho de saber cómo nos sentíamos por dentro y cómo la adicción había afectado nuestra vida.

En alguna de estas preguntas ni siquiera se mencionan el sexo o el amor , porque la adicción es una enfermedad traicionera que afecta todas las áreas de nuestra vida, incluso las que en un principio parecen tener poco que ver con ella . Los distintos tipos de sexo que consumíamos no tenían tanta importancia, como las razones que nos hacían  buscarlas  y el resultado que produjeron en nosotros.

La primera vez que leímos estas preguntas, nos espantó la idea de que pudiéramos ser adictas. Algunas intentamos rechazarla diciéndonos:

"¡Bah!, estas preguntas no tienen sentido." ó "Yo soy diferente. Sé que practico el sexo y tengo muchas relaciones, pero no soy adicta: tengo problemas reales de familia/trabajo/afectivos." ó "Lo que pasa es que ahora estoy pasando por una mala racha." ó "Podré parar cuando encuentre el trabajo, la persona, etc. que necesito."

Si eres adicta al sexo y al amor, antes de que puedas hacer ningún progreso hacia la recuperación, primero tienes que admitir que tienes un problema con el sexo y las relaciones sentimentales. Estas preguntas, siempre que las hayas abordado con honestidad, pueden servir para mostrarte como la práctica sexual y las relaciones sentimentales han hecho tu vida ingobernable. La adicción al sexo y al amor es una enfermedad que, sin la recuperación, termina en cárceles, hospitales, manicomios o con la muerte. Muchos llegamos a adictas al sexo y al amor romántico, porque el sexo o las relaciones que teníamos ,  ya no nos daban lo que nos hacía falta. La adicción al sexo y al amor nos quita la dignidad, el amor propio, la familia, los seres queridos y hasta el mismo deseo de vivir. Si todavía no has llegado a este punto de tu adicción, no hace falta que llegues. Sabemos que nuestro infierno estaba dentro de nosotras. Si quieres ayuda, la puedes encontrar en AASA.

"Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos AASA.  Llegamos a nuestra primera reunión derrotadas y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que las demás se preocupaban por nosotras y estaban dispuestas a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación.

Descubrimos que cualquiera de las cosas que hubiéramos pensado o hecho en el pasado, otras personas también las habían creído y hecho. Rodeadas de otras adictas nos dimos cuenta de que ya no estábamos solas. La recuperación se hace realidad en las reuniones. Y EN LA COMUNIDAD . Está en juego nuestra vida. Vimos que si anteponemos la recuperación a todo lo demás, el programa funciona. Tuvimos que enfrentarnos con estos tres puntos conflictivos:

 1.   Somos impotentes ante la adicción al sexo y al amor y nuestra vida es ingobernable.

 2.  Aunque no somos responsables de nuestra enfermedad, sí somos responsables de nuestra recuperación.

 3.  Ya no podemos seguir echando la culpa de nuestra adicción a los demás, a los lugares, ni a las cosas. Tenemos que afrontar nuestros propios problemas y nuestros sentimientos.

 La herramienta fundamental para la recuperación es la adicta al sexo y al amor en recuperación."

                                    AASA

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